Made in Abyss, detalles importantes! de la aclamada obra de Akihito Tsukushi, se coronaba en el año 2017 como el mejor anime del año a manos de Crunchyroll. Si bien, la impecable adaptación de Kinema Citrus y el arte melódico de Kevin Penkin, han sido los artífices que han catapultado la obra al éxito, su manga no es que haya alcanzado pocos méritos propio.
La artesanía, el arte de Tsukushi, se desmarca de los estándares, no solo por lo visual y estético, sino también por la narrativa, que abarca la serie Made in Abyss(detalles de la segunda temporada aquí), es una obra de trasfondo, de dobles significados ya que en el abismo nada es lo que parece.
Detalles importantes de la serie
En esta serie el abismo lo es todo. Su historia nos lleva a Orth, una ciudad perdida en el mar de Beoluska que se encuentra construida alrededor de un enorme vacío de un kilómetro de radio. Inhóspito, letal, pero también atrayente ya que el Abismo es vida igual que es muerte por al fin y al cabo, en la obra, el Abismo es todo cuanto importa y toma la figura de un dios.
La forma en la que los detalles inportantes en Made in Abyss, avanza nos sirve para ganar coherencia en la historia. Nos presenta a sus personajes y consigue enseñarnos cómo funciona su mundo sin depender de narradores externos. Pese a todo, es cotidiano, mundano. Nos demuestra que la vida en Orth no deja de ser una vida corriente. A esto se suma la forma en la que se dibuja este mundo.
Made in Abyss y sus detalles
Made in Abyss brilla por su arte. Cada escena de las que componen la obra tiene vida propia. No importa si muestra un callejón o si nos encontramos en el abismo; si aparecen o no personas. Cada escena es una obra de arte en sí misma. Si nos encontramos con un plano amplio el autor se siente
capaz de realzar los escenarios sin dejar de lado a los personajes, pero cuando necesita centrarse en detalles hasta los más nimios cogen forma y se presentan vivos. Reales.
La llegada de la niña a la primera capa del Abismo —en forma de pequeña expedición como entrenamiento— se convierte en el clímax del tomo. Su búsqueda se ve interrumpida por el ataque de un Sierpe Carmesí, un terrible devorador, y su autor nos deja algo claro: esta no es una obra para todos los públicos. Sin embargo, el ataque sorpresa de Reg, un androide amnésico al que tomará por compañero, le salva la vida y la lleva a encontrarse con un destino ineludible.
Una carta de su madre, considerada una legendaria Silbato Blanco, le indica que le espera en lo más profundo del Abismo. Por otro lado, Reg se ve en necesidad de bajar a las profundidades para intentar recuperar sus recuerdos. El excéntrico equipo que forma la pareja se convertirá en la espina dorsal de toda la obra, con una delicada entrada que se encarga de detallar a los personajes con particular devoción.
Adentrarse en su abismo puede resultar costoso, incluso peligroso. Pero lo que queda claro es que una vez desciendes por el mismo es imposible regresar.
Diferencia entre anime y manga
La diferencia de su versión animada, la original es mucho más lenta (su primer tomo alcanza hasta el final de su tercer capítulo adaptado) y además se acompasa por el uso de tempos lentos y muy marcados. Así su forma de ponernos en situación resulta completamente original, con Riko, una joven de 12 años enérgica y risueña que se presenta como una gran aventurera a pesar de encontrarse en el rango más bajo de los aventureros.
Con todo queda claro que Made in Abyss no es una obra para todos los públicos. Ya en su primer tomo queda claro el gusto de su autor por el drama y el sufrimiento humano. Unos que se pintan en un seinen donde los protagonistas son niños. Una apuesta arriesgada que se torna aún peor con el uso del «lolicon» entre sus páginas. Todo esto, al darse la mano con el extenso nivel de detallismo de la misma la convierte en algo único a la vez que recomendado solo para quienes aprecien el género.